jueves, 11 de diciembre de 2014

Primera prueba del trivial literario

Os anunciamos que la primera prueba del Trivial literario tendrá lugar en la biblioteca el próximo martes 16 de diciembre. Y tenemos varios equipos participantes apuntados; y os recordamos que sigue abierto el plazo de inscripción hasta el propio martes. Si queréis prepararos para las preguntas, podéis echar un vistazo a los fragmentos de obras de ciencia ficción que están colgadas por los pasillos del instituto (y que también podéis encontrar aquí debajo). Se trata de que investiguéis un poco sobre estos autores, sus obras, las adaptaciones al cine de sus novelas, y que leáis también el artículo titulado "Ciencia Ficción" que podéis encontrar en el blog. No os preocupéis, por ser la primera prueba no va a ser demasiado difícil...

Fragmento deUn Mundo Feliz”,de Aldous Huxley

"Es que a mí me gustan los inconvenientes.
-A nosotros no –dijo el interventor-. Preferimos las cosas con comodidad.
-Pues yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, quiero poesía, peligro real, libertad, bondad, pecado.
-En suma, usted reclama el derecho a ser desgraciado.
-Muy bien, de acuerdo-dijo el salvaje, en tono de reto-. Reclamo el derecho a ser desgraciado.
-Sin hablar del derecho a envejecer, a volverse feo e impotente, a tener sífilis y cáncer, a pasar hambre, a ser piojoso, a vivir en el temor constante de lo que pueda ocurrir mañana; el derecho, en fin, a ser un hombre atormentado.
-Reclamo todos estos derechos-concluyó el salvaje-.
-Están a su disposición-dijo el interventor encogiéndose de hombros-“.



Fragmento deFrankenstein”, de Mary Shelley


Desde aquel día no tuve otra ocupación que la física y especialmente la química, en el sentido más amplio de la palabra. Leía con avidez las obras, tan llenas de genio, que seguramente los investigadores modernos habían escrito sobre estos temas…
Tras días y noches de trabajos y fatigas, logré descubrir la causa de la generación vital. Más aún, conseguí dar vida a la materia inerte...
Nadie puede imaginar la variedad de emociones que me arrastraban como un huracán en el primer entusiasmo del triunfo...prosiguiendo con mis cavilaciones, llegué a pensar que si podía otorgar vida a la materia inerte, podría con el tiempo, aunque entonces me resultaba imposible, renovar la vida en los cuerpos a los que la muerte había condenado a la putrefacción..."


Fragmentos de “1984”, de George Orwell

"No habrá lealtad; no existirá más fidelidad que la que se debe al Partido, ni más amor que el amor al Gran Hermano. No habrá risa, excepto la risa triunfal cuando se derrota a un enemigo. No habrá arte, ni literatura, ni ciencia. No habrá ya distinción entre la belleza y la fealdad. Todos los placeres serán destruidos. Pero siempre, no lo olvides, Winston, siempre habrá el afán de poder, la sed de dominio, que aumentará constantemente y se hará cada vez más sutil. Siempre existirá la emoción de la victoria, la sensación de pisotear a un enemigo indefenso. Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro. Figúrate una bota aplastando un rostro humano... incesantemente." 


"-¿Existe el Gran Hermano?- dijo Winston

-Claro que existe. El Partido existe. El Gran Hermano es la encarnación del partido-dijo O'Brien

-¿Existe en el mismo sentido en que yo existo?

-Tú no existes. "



Fragmento de La Máquina del Tiempo”, de H.G. Wells

Evidentemente -prosiguió el Viajero a través del Tiempo- todo cuerpo real debe extenderse en cuatro direcciones: debe tener Longitud, Anchura, Espesor y... Duración. Pero debido a una flaqueza natural de la carne, que les explicaré dentro de un momento, tendemos a olvidar este hecho. Existen en realidad cuatro dimensiones, tres a las que llamamos los tres planos del Espacio, y una cuarta, el Tiempo. Hay, sin embargo, una tendencia a establecer una distinción imaginaria entre las tres primeras dimensiones y  la última, porque sucede que nuestra conciencia se mueve por intermitencias en una dirección a lo largo de la última desde el comienzo hasta el fin de nuestras vidas”.



Fragmento de “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”,
de Philip K. Dick
Nadie recordaba hoy por qué había estallado la guerra, ni quién —si alguien— había ganado. El polvo que había contaminado la mayor parte de la superficie del planeta no se había originado en ningún país particular, y nadie lo había previsto, ni siquiera el enemigo durante la guerra. Primero habían muerto —era extraño— los búhos. Eso había parecido entonces casi divertido: esas aves gruesas, plumosas, blancas, caídas en los parques y las calles... Como no aparecían antes del crepúsculo, y así había ocurrido cuando vivían, los búhos pasaron inadvertidos.
Del mismo modo se manifestaron las plagas medievales. Muchas ratas muertas. Sin embargo, esa plaga había descendido desde lo alto. Y después de los búhos, por supuesto, todas las demás aves pero para ese momento el misterio ya había sido comprendido. Antes de la guerra había un pequeño programa de colonización; ahora que el sol había dejado de brillar sobre la Tierra, la colonización entraba en una nueva fase. Y en relación con ella, un arma de guerra se modificó: el Luchador Sintético por la Libertad. El robot humanoide —o, expresado con propiedad, el androide orgánico—, capaz de funcionar en un mundo extraño, se convirtió en la máquina esencial del programa de colonización. Según las leyes de la ONU todo emigrante debía recibir un androide civil a su elección; y en 1990 la variedad de androides civiles excedía todo lo imaginable, como había ocurrido con los coches americanos en la década de 1960”.


Fragmento de “Yo, Robot” de Isaac Asimov 



"El robot QT-1 Cutie, duda sobre su existencia y responde a Donovan y Powell). Fíjate en ti. No lo digo con ánimo de desprecio, pero fíjate bien. El material del que estás hecho es blando y flojo, carece de resistencia, y su energía depende de la oxidación ineficiente del material orgánico. (...)
Entráis periódicamente en coma, y la menor variación de temperatura, presión atmosférica, la humedad o la intensidad de radiación afecta a vuestra eficiencia. Sois alterables. Yo, por el contrario, soy un producto acabado. Absorbo energía eléctrica directamente y la utilizo con casi un ciento por ciento de eficiencia. Estoy compuesto de fuerte metal, permanezco consciente todo el tiempo y puedo soportar fácilmente los más extremados cambios ambientales. Estos son hechos que, partiendo de la irrefutable proposición de que ningún ser puede crear un ser más perfecto que él, reduce vuestra tonta teoría a la nada. "


Fragmento de “Parque Jurásicode Michael Crichton

De hecho, ya en 1982 había habido discusiones técnicas sobre la clonación de dinosaurios. Cada año que pasaba, la manipulación del ADN se hacía más fácil. Ya se había extraído material genético de momias egipcias, así como del cuero de una cuaga, animal africano parecido a la cebra, extinguido en la década de 1880. Para 1985 parecía posible que el ADN de la cuaga se pudiera reconstruir y hacer que creciera un nuevo animal. De ser así, habría sido el primer ser vivo recuperado de extinción merced, exclusivamente, a la reconstrucción de su ADN. Si eso era posible, ¿qué otras cosas lo eran? ¿El mastodonte? ¿El tigre de dientes de sable? ¿El dodo?  
¿O hasta un dinosaurio?” 


Fragmento de “Crónicas Marcianas”, de Ray Bradbury 

Un marciano se adelantó y los saludó con una reverencia.
-Yo soy el señor Uuu.
-Y yo soy el capitán Jonathan Williams, de la ciudad de Nueva York, de la Tierra-dijo el capitán sin mucho entusiasmo. […]

El señor Uuu palmeó al capitán.
-Es agradable ver a otros de la Tierra. Yo también soy de allí.
-¿Qué ha dicho usted?
-Aquí somos muchos los terrestres.
El capitán lo miró fijamente.
-¿Usted? ¿Terrestre? ¿Es posible? ¿Vino en un cohete? ¿Desde cuándo se viaja por el espacio?-Parecía decepcionado.-¿De qué... de qué país es usted?
-De Tuiereol. Vine hace años en el espíritu de mi cuerpo.
-Tuiereol.-El capitán articuló dificultosamente la palabra.-No conozco ese país. ¿Qué es eso del espíritu del cuerpo?
-También la señorita Rrr es terrestre. ¿No es cierto, señorita Rrr?
La señorita Rrr asintió con una risa extraña.
-También el señor Www,el señor Qqq y el señor Vw.
-Yo soy de Júpiter-dijo uno pavoneándose.
-Yo de Saturno-dijo otro. Los ojos le brillaban maliciosamente.
-Júpiter, Saturno -murmuró el capitán, parpadeando...”


Fragmento de “Dune”, de Frank Herbert 


 
Arrakis... Dune... el Planeta del Desierto.
Paul se durmió de nuevo y soñó en una caverna arrakena, con seres silenciosos irguiéndose a su alrededor a la pálida claridad de los globos. Todo era solemne, como en el interior de una catedral, y oía un débil sonido, el drip-drip-drip del agua. Aún soñando, Paul sabía sin embargo que al despertar lo recordaría todo. Siempre recordaba sus sueños premonitorios.
El sueño se desvaneció.
Paul se despertó en el tibio lecho y pensó... pensó. Aquel mundo de Castel Caladan, donde no tenía juegos ni compañeros de su edad, quizá no mereciera la menor tristeza. El doctor Yueh, su preceptor, le había dado a entender de forma ocasional que el sistema de castas de los faufreluches no era tan rígido en Arrakis. En el planeta había gente que vivía al borde del desierto sin un caid o un bashar que la gobernase:
los llamados Fremen, elusivos como el viento del desierto, que ni siquiera figuraban en los censos de los Registros Imperiales.
Arrakis... Dune... el Planeta del Desierto.


Fragmento de “De la Tierra a la Luna”, de Julio Verne 


 -Amigos míos -dijo-, me parece que la cuestión queda resuelta. Si no he logrado convenceros a todos, se debe a que he sido tímido en mis demostraciones, débil en mis argumentos: y echad la culpa a la insuficiencia de mis estudios teóricos. Como quiera que sea, os lo repito, la distancia de la Tierra a su satélite es, en realidad, poco importante y no merece preocupar a un pensador grave y concienzudo. No creo, pues, avanzar demasiado diciendo que se establecerán próximamente trenes de proyectiles, en los que se hará con toda comodidad el viaje de la Tierra a la Luna. No habrá que temer choques, sacudidas ni descarrilamientos, y llegaremos rápidamente al término, sin fatiga, en línea recta; y antes de veinte años la mitad de la Tierra habrá visitado la Luna.







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